1940-1945
Durante la guerra Argentina no mira hacia adentro, sino que copia a
los Estados Unidos. En palabras de un gran modisto, “al no ser
creadores, no se pudo aprovechar a exportar moda argentina, y una gran
oportunidad se perdió”. Durante la guerra, las mujeres llevaban grande
hombreras y se asemejaban a las amazonas: vestidos cortos adornados con
flores, moda austera, pero femenina. En Argentina es dramática y
teatral, y las mujeres pasan a ser chic: polleras rectas, tableadas,
bolsillos aplicados, sacos de corte sastre, sombreros excéntricos;
colores neutros, blusas de crepe de china, canutillos y azabache,
pantalones pinzados con bocamanga, anteojos oscuros, zapatos con
plataforma. En 1947 con el New Look de Dior, los vestidos se vuelven más
suntuosos: faldas largas, enormes sombreros con plumas y telas muy
ricas. Fue Evita quien trajo el New Look; no impuso un estilo, pero
trajo una moda.
Decada De Los 50
En Argentina se adoptan dos líneas Dior: la A y la Y: ancho o
angosto. Drapeados con escote corazón. La boutique Drecole de Jaques
Dorian fue la primera boutique Pret a Porter en Buenos Aires. Melenitas
marcadas, cejas anchas, cinturas avispa (a lo divito), zapatos taco
aguja y chatitas hacia fin de la década. Las jóvenes usan mocasines
blancos en Mar del Plata y sweaters de angora.
Década de 1960
Años gloriosos en Argentina: surgen diseñadores en el Instituto Di tella. Surge una alianza del arte y la moda
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en las creaciones de Dalila Puzzovio, Delia Cancela y Pablo Mesejean,
entre otros. La zona de la “manzana loca” (Florida, Marcelo T. de
Alvear, Maipú y Paraguay) dicta la moda; Modart lanza el unisex. Hacia
1964 Courreges diseña la minifalda, y Mary Quant la lanza junto a la
explosión juvenil. Dalila Puzzovio y Medora Manero crean moda
psicodélica, Julio Repetto lanza accesorios en acrílico, María Larreta
es la modelo de Dorian. Lagarrigue y su mujer, María Marta, reinan en
los desfiles. La minifalda y los pelos largos iracundos (en los varones)
provocan escándalos en Buenos Aires y en el país. Se cambia lo
establecido –hippies, flower power, lo hindú– y se ensayan nuevos
caminos con materiales inéditos.
Década de 1970
Sweaters de Dalila Puzzovio y los vestidos “retro” de Gatti son
furor. Telas pintadas a mano por Rosa Gálvez y Manuel Lamarca reinan
hasta 1975. La moda deco y revival en Buenos Aires se encuentra en la
boutique de Diba´s, boutique a la manera de París, como Clocharde, La
tartana, entre otras. Hacia el fin de la década se produce una invasión
de marcas de Taiwán que compiten con una alicaída industria textil en la
época Martínez de Oz. Entre las líneas de los setenta se puede
identificar el folk, look superpuesto de Kenzo, el pret a porter, moda
gatsby, moda safari, color beige o tierra, pollera amplia o look ruso de
Saint Laurent, el hotpant, la maxifalda, botas altas acordonadas,
blusas ajustadas, el unisex y los pantalones “pata de elefante”; hacia
1975 aparece la moda retro.
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